Los Padres de la Iglesia no son solo autores relevantes de la antigüedad, sino que son los “padres”, porque la Iglesia, a través del Evangelio, recibió de ellos la vida. Pero es fácilmente constatable que la “vida patrística”, fuente de vida cristiana, apenas ha llegado a las manos y al conocimiento de los cristianos en general. Con este trabajo, el autor quiere acercar los Padres de la Iglesia a cualquier cristiano consciente, de a pie, y, para conseguirlo, presenta a los Padre tal y como fueron ante todo: testigos y maestros de vida cristiana.