Doblemente olvidados. Doblemente represaliados. Los «curas republicanos», los «curas rojos», aquellos sacerdotes que tuvieron la osadía de apoyar la Segunda República y colaborar con ella, lo pagaron muy caro. Como el resto de los vencidos, sufrieron la represión política del régimen de Franco: muerte, cárcel, exilio. Pero también sufrieron la represión eclesiástica: desarraigo, ostracismo, sanciones canónicas, excomuniones. No en vano se habían erigido en la prueba viviente de que era posible ser católico y republicano, ser sacerdote y demócrata, de que la guerra civil no era una cruzada. Fueron también doblemente olvidados. La historiografía franquista reivindicó la memoria de los vencedores; la transición marcó el inicio de la recuperación de la de los vencidos, pero los curas republicanos, salvo contadas excepciones, siguieron en el olvido. ¿Por qué? Quizás porque recuperar su historia puede parecer más una labor de detective que de historiador. Los archivos eclesiásticos españoles, con escasas excepciones, se cierran a cal y canto cuando se menciona su nombre. Y en los archivos civiles los datos sobre ellos son fragmentarios y dispersos. Pese a todo, nosotros creemos que no merecen este olvido y, a pesar de las dificultades, hemos intentado rescatar la memoria de algunos de estos sacerdotes que pudieron ser el germen de otra Iglesia, de un catolicismo más democrático y social.