El primer testimonio de la industria textil de la seda en Écija se remota a 1331 según una escritura notarial conservada en el monasterio de San Clemente de Sevilla. A partir de aquí comienza la práctica y evolución de una serie de técnicas que dilatarán su desarrollo hasta el siglo XIX, en sintonía con la importancia de estas actividades en el marco de la economía española y su papel preponderante en la política de los estadistas ilustrados. En el siglo XVI llegaron estas actividades a su mayor grado de- pujanza, como en otros núcleos peninsulares. Pero la crisis sufrida en el siglo XVII invirtió esta coyuntura produciéndose graves procesos de desarticulación. En este marco intervino la Junta General de Comercio, fundando el Arte Mayor de la Seda de Écija, basado en el concepto de estandarización y transferencia tecnológica. y reformando las instituciones gremiales para cohesionar las actividades vinculadas a la sedería.