Sobre la definición en general y la lexicográfica en particular se ha derramado abundante tinta, aun cuando, si exceptuamos claro está algunas aportaciones fundamentales, la mayor parte de las veces la literatura existente sobre la materia se limita a repetir los tópicos de siempre, consistentes en una serie de apriorismos y generalidades que de poco por no decir nada sirven al lexicógrafo cuando tiene que enfrentarse con la siempre ardua y, desde luego, comprometida tarea de definir las palabras. El presente estudio, aunque ni mucho menos se puede considerar una respuesta definitiva a cuantas cuestiones y problemas teórico-prácticos plantea de hecho la definición lexicográfica, pretende eso sí afinar un poco más en el conocimiento de la misma tanto desde el punto de vista de su constitución interna y estructura (o, mejor dicho, infraestructura) de que forma parte, como, muy especialmente, de su diversificación en múltiples clases, tipos o modelos, muchos de los cuales ni siquiera han sido puestos hasta ahora de manifiesto por nadie. Todo lo aquí expuesto ha ido precedido, como no podía ser de otro modo, por una amplia investigación consistente en el análisis de miles de definiciones reales contenidas en los diccionarios con particular atención al DRAE, y al mismo tiempo por una larga y rica experiencia del autor como misionero, o redactor de definiciones, y predicador, enseñando a otros a componerlas.