No sabemos mucho sobre la vida de Li Qingzhao, mujer excepcional en todos los sentidos. Desde pequeña dio muestras de un gran talento literario, componiendo versos con maestría en su juventud. Se casó a los dieciocho años con un muchacho de veintiuno, ambos muy enamorados. Pero a partir del segundo año de matrimonio las tormentas políticas afectaron directamente a la pareja y cambiaron sus vidas para siempre. Todo tipo de desgracias cayeron sobre ellos y ella misma pasó por la cárcel. Sus últimos versos reflejan su deseo de vivir retirada del mundo, de las habladurías y la censura pública. Tampoco sabemos la fecha exacta de la muerte de Li. Parece ser que tuvo lugar entre 1151 y 1156. Tenía al menos 68 años cuando falleció. Tuvo una vida plena, llena de luz y de oscuridad, y experimentó ambas con el corazón abierto, generoso y valiente. Consiguió transformar su felicidad y su dolor en honda palabra poética, y al llegarnos ahora su voz, a través de los siglos y salvando las diferencias culturales, suena actual, presente y llena de vida. Miguel Salas ha publicado anteriormente en Hiperión La luz, premio de arte joven de la Comunidad de Madrid, Las almas nómadas, premio Hiperión, y Mala baba. Antología malvada de poesía infantil española. Ha ejercido la docencia durante años en China y en Taiwan.