Boston es una ciudad dividida entre ricos y pobres; blancos y negros; tradición y modernidad. Allí operan los detectives privados Patrick Kenzie y Angela Gennaro. Él, un irlandés bocazas, miembro de una gloriosa saga de bomberos. Ella, una chica bravucona, casada con un maltratador patológico. Forman un equipo de lo más eficaz para encontrar a personas o cosas. Por eso van a ser contratados por unos peces muy gordos de la política: alguien les robó unos documentos en vísperas de una votación controvertida y hay que recuperarlos sin que vean la luz. Los detectives descubrirán que, en realidad, se trata de unas fotografías tan malditas como comprometedoras.