La crisis financiera tuvo un importante impacto en el sector bancario: algunas entidades quebraron, otras necesitaron de fondos públicos y las demás vieron su rentabilidad recortada, sus balances reducidos, la morosidad en aumento y, en algunos casos, necesitaron recurrir al mercado para aumentar el capital de acuerdo a la nueva regulación, cada vez más exigente. El entorno económico-financiero presenta un nuevo paradigma que exige a los bancos reorientar sus estrategias. En este contexto, en la obra se identifican las principales debilidades del sector y se proponen mejoras en la gestión dirigidas a la recuperación de la confianza de los clientes, el interés de los accionistas, la motivación de la plantilla, y la eficiencia y la rentabilidad perdidas. Los autores tratan de forma clara los aspectos conceptuales y los ilustran con información cuantitativa suficiente para que el lector pueda realizar un análisis temporal y de benchmarking entre los diferentes países. La combinación de los aspectos técnicos con sus aplicaciones prácticas hace que este manual sea una referencia obligada para todos los que se interesan por el sector bancario.