Es en las Tierras del Horror donde se alza, majestuoso, el castillo de un hombre ciego capaz de distinguir cada uno de los colores; y es, en estas mismas tierras, donde residen las más extrañas criaturas bajo su cuidado y protección. Este hombre, al que todos llaman patrono cuando se postran ante su imponente figura y, el Ciego de los Colores, en la intimidad de sus casas, se erige como valedor de un pueblo que se encomienda a sus cuentos para resolver sus desgraciadas circunstancias. Y entre tanto la Bestia, Gamusino, Ataudero, Martinico, la Piedra con Forma de Corazón, Bú, Cantarín, Zari y Güeya, el Leñador y tantos otros, hacen cosas.