Y esta es la historia de cómo, aquella Navidad, estos cinco pequeños amigos de Logroño, todos juntos, en equipo, aportando cada uno su fundamental granito de arena (la templanza de Inés, el ímpetu de Jaime, la facilidad para los idiomas de Julieta, la destreza de Marian, el ingenio de Carolina; y, finalmente, el buen ejemplo de la nobleza y amistad de todos ellos) encauzaron por el buen camino al duende más travieso que jamás ha existido, permitiendo que la noche de Reyes, una vez más, fuera la noche más mágica del año para todos los niños del mundo.