Un viejo perro furioso, árboles de ramas siniestras, un lobo huyendo de los monstruos y un cachorro blanco perdido en el bosque… Todas estas aventuras y algunas sorpresas más, se mezclan en este cuento que nos enseña que la familia no siempre son las personas junto a las que naces. A veces, son aquellas que te acompañan, te cuidan, te quieren y te aceptan tal como eres. Son las familias del corazón.