Segovia es la cuna de la imprenta española, pues en ella instaló su prensa, a instancias del obispo Juan Arias Dávila, el alemán Juan Párix, que trabajó entre 1472 y 1476. Inició sus trabajos con el Sinodal de Aguilafuente (1472), el primer libro impreso en España. Desde entonces, la presencia de la imprenta en Segovia será discontinua y auspiciada por la Iglesia y por el municipio. Los impresores se trasladarán para realizar los encargos, pero trabajaron unos pocos años. La estabilidad vendrá con el grabador Antonio Espinosa de los Monteros, que instaló un taller en 1777 y que perduró hasta 1910. Espinosa se vio impulsado por el municipio y por instituciones como la Real Sociedad Económica Segoviana de Amigos del País o el Real Colegio de Artillería. A partir del segundo tercio del XIX, fruto del impulso del Nuevo Régimen, empezarán a instalarse otros talleres, algunos vinculados a la prensa. La historia de la imprenta segoviana es fruto del trabajo de varios años de revisión de cientos de documentos localizados en archivos y de la propia producción de las prensas. Todo ello facilita una amplia y novedosa información acerca de los impresores, la formación y materiales de los talleres, además de conocer quiénes fueron sus patrocinadores, los principales editores y, por supuesto, el fruto de sus trabajos. Una parte sustancial de la vida cultural de una ciudad, Segovia, que vio nacer este revolucionario arte.