Lean en este libro cómo Kiko Amat: acude a una cita con la actriz Juliette Lewis, atropella a un viejo con su coche (pero no se lo carga), acude boquiabierto a un concierto de Julio Iglesias, desea ser escalador, espía a los pijos de Calella, cuenta con repugnante detalle la vasectomía a la que se sometió, entrevista a Miguel Bosé, habla de nazis gays y de beatniks, confiesa sus juveniles actos de vandalismo público, acusa y defiende a The Style Council (de un modo algo bipolar), relata por qué beber es fascinante, acude a un concierto de Vic Godard y se emborracha como un cerdo, se infiltra en Queralbs para intentar atisbar a Jordi Pujol (y casi le linchan), nos enseña los tatuajes asquerosos que cubren su piel (sin que nadie se lo haya pedido), rememora su vida en la cadena de montaje de la SEAT. Mientras lo estén leyendo, él seguirá tan pancho en su chaise longue sorbiendo botellines de cerveza y pensando en nuevas aventuras. ¡Chap Chap!