¿Quién dijo que para amar había que anularse y dejar de lado los proyectos de vida? En una cultura en la que se ha sobrevalorado la entrega amorosa ilimitada, la vida en pareja se ha convertido en la principal forma de autorrealización; sin embargo, el amor no lo justifica todo, porque para amar no debes renunciar a ti mismo. Ésa es la máxima.