Juego duro al baloncesto. Quiero ganar cada partido que juego en una cancha y, cuando alguien o algo se pone en mi camino, estoy deseando superarlo. Juego dentro del reglamento, lo conozco lo bastante bien como para saber cuándo se vulnera. Como soy alto y fuerte, soy el objetivo constante de mis rivales, que intentan neutralizarme o minimizar mi efectividad. Me golpean continuamente.