Con el matrimonio se contrae un vínculo indisoluble. Contemplar la imagen de María que desata los nudos en la celebración del rito nupcial subraya el hecho de que, durante el camino de la vida familiar (representada por la cinta blanca), se pueden formar nudos aparentemente inextricables. Si se invoca a María, ella, con dulce paciencia, ayudará a desatarlos. La familia podrá redescubrir la alegría del frescor originario.