Navarra no se vende (la heredan unos pocos) es el primer capítulo de este libro, y también el engranaje oculto de un corralito foral que el periodista Iván Giménez describe y desnuda en un texto sin concesiones. Ya desde el prólogo advierte de que este libro no va a gustar, porque explica el presente haciendo historia, demostrando que también en Navarra toda fortuna procede de una injusticia, cuando no de un crimen. Siguiendo con otra cita de Rafael Chirbes, si el dinero sirve para algo es para comprar la inocencia de tus descendientes. Este libro va de eso, de cómo se ha consolidado el botín y la rapiña de la Guerra Civil en unas estructuras permanentes, que se implantaron en el primer franquismo y se han ido adaptando a los cambios políticos sin alteraciones de calado. Y aquí se les identifica con nombres y apellidos. Un filósofo clásico como Michael Foucault ya señaló que este fenómeno es general, que cualquier guerra sigue vigente y determina las actuales relaciones de poder. El orden civil es fundamentalmente un orden de batalla.