Una mujer en el frente, traducido hasta ahora a numerosas lenguas menos al español, narra la historia del primer matrimonio de la autora: la boda y la luna de miel de una joven ingenua e inteligente y un hombre de letras egoísta. La guerra los separa y Alaine pasa varios meses en el frente, ahora presa de los alemanes, luego víctima de los rusos. Su marido la da por muerta, pero ella no se rinde, sobrevive a la violencia, las enfermedades y la indiferencia de sus seres queridos. Estas ganas de vivir, esta sinceridad dan una fuerza conmovedora a un texto tan terrible como hermoso, uno de los testimonios más valientes, sin duda, de la literatura centroeuropea de todos los tiempos. Una mujer en el frente es, además de un homenaje a las supervivientes de la Segunda Guerra Mundial, una novela sobre las brutalidades que han cometido los hombres contra las mujeres a lo largo de la historia. Pero Polcz nos habla siempre con una equidad que nos sorprende por su generosidad y justeza; es difícil, muy difícil, tener el valor suficiente para contar cómo fue aquel infierno y mantener viva la capacidad de perdonar. Hay belleza a raudales en estas páginas, incluso en medio del lodo, incluso bajo las bombas. Entre tanto sufrimiento hay palabras aquí para la esperanza.