Con cerca de cincuenta años de historia, este libro forma parte del imaginario de varias generaciones de arquitectos y sigue siendo una obra fundamental para comprender los procesos de conformación de la ciudad entendida como arquitectura. Desde que en 1966 se publicara La arquitectura de la ciudad por primera vez en italiano, la crítica al funcionalismo ingenuo, los conceptos de locus, monumento y tipo, o la recuperación del valor de la memoria colectiva en la arquitectura han permanecido para siempre en el debate teórico arquitectónico. En este texto, Aldo Rossi reclamó el valor autónomo de la arquitectura y reivindicó, en el marco de lo que él denominaba la ciencia urbana, la obra singular y el monumento como los elementos fundamentales de la historia de la ciudad y de la memoria colectiva. Pero más allá de estas aportaciones y en la línea de otros autores, desde el iluminismo hasta la actualidad, con este ensayo Rossi abordó directamente los principios y fundamentos de la teoría de la arquitectura y propuso el establecimiento de un cuerpo científico autónomo que fundara la actividad de la arquitectura y condujera a la acumulación de las experiencias, al estudio ordenado de los problemas y a una enseñanza sistemática. En definitiva, uno de los textos programáticos más influyentes de la segunda mitad del siglo XX en arquitectura.