Si en " Alabanza de la lentitud " el neurobiólogo Lamberto Maffei rompe una lanza a favor del provecho y adecuación que para toda actividad humana, pero especialmente la relacionada con los procesos cerebrales, tiene el no dejarse arrastrar por el vértigo de la vida actual, en " Elogio de la rebeldía " -obra en cierto modo complementaria- llama la atención acerca de los perjuicios que el estilo de vida que nos viene impuesto, mediatizado en gran parte por estímulos y demandas constantes, pantallas y clics, causa también a un espacio fundamental de la actividad cerebral y, por extensión, humana: aquel que demanda no sólo una conexión afectiva y efectiva con los demás, sino también con la naturaleza, el clima y la realidad física que nos rodea. Arte, ciencia, cultura, son expresiones de rebeldía, de libertad, de un cerebro que no es pasivo y conforme, sino que quiere ir más allá, y esto, nos explica Maffei, «es expresión del cerebro lento, del cerebro del tiempo y del lenguaje, del diálogo con los demás».