Stefan Grabinski, autor maldito y de culto, considerado el Edgar Allan Poe polaco, nació cerca de Lwów, actual Ucrania, en 1887. Desde su juventud se vio afectado por una tuberculosis hereditaria que marcó el resto de su vida. Estudió filología y literatura polaca y ejerció de profesor de escuela. En 1918 publicó su primer libro de cuentos y al año siguiente aparece El demonio del movimiento (Demon ruchu) , su libro de más éxito, una serie de relatos en los que el tren se convierte en escenario de lo fantástico. Grabinski publicaría a lo largo de su vida otras cuatro colecciones de cuentos, antes de morir pobre y enfermo en 1936, dejando tras de sí una obra incomprendida y extraña, que el tiempo se encargará de poner en su lugar. La primera parte de este volumen recoge las nueve historias de la colección El demonio del movimiento (1919), historias en las que el tren aparece como un transporte fantasmal que conecta mundos o dimensiones espirituales. Grabinski crea una auténtica mitología ferroviaria, llena de leyendas y tradiciones, que abarca máquinas, viajeros, estaciones, túneles, guardavías, vigilantes y trabajadores, un cruce de vías entre nuestro mundo y el Más Allá. En la segunda parte, el lector encontrará una selección de relatos del resto de colecciones de Grabinski, como El amo de la zona, obra maestra sobre espectros mentales en la que China Mieville, uno de sus admiradores, encuentra rasgos posmodernos; La amante de Szamota, auténtico himno macabro al onanismo; o Gases, una extraña historia de desdoblamiento que aborda el tema del cambio de identidad sexual. Los relatos de Grabinski, traducidos por vez primera al castellano, poseen unas señas de identidad propias que superan en buena medida los presupuestos góticos y románticos.