La poesía de Ángeles Mora posee las nada frecuentes cualidades de una cuidadísima construcción de la emoción y de una muy sólida ligereza. La verdadera ligereza es algo extremadamente difícil de conseguir, igual que la verdadera claridad, siempre compleja, elaborada y epidérmica. Tiene que ver con la corporalidad del vuelo, y es la marca de los auténticos poetas. «Dentro de nosotros, en el lugar donde estamos más solos, hay unos poemas y una música cerca de una chimenea encendida que sólo se apagará con la muerte», escribe Joan Margarit. Los poemas de Ángeles Mora habitarán siempre este lugar y se transforman ellos mismos en un lugar irrenunciable, una habitación íntima y compartida. I.G. Ángeles Mora (Rute, Córdoba) es autora de ocho libros de poemas: Pensando que el camino iba derecho (1982), La canción del olvido (1985), La guerra de los treinta años (1990, premio Rafael Alberti), La dama errante (1990), Caligrafía de ayer (2000), Contradicciones, pájaros (2001, premio Ciudad de Melilla), Bajo la alfombra (2008) y Ficciones para una autobiografía (2015, Premio de la Crítica y Premio Nacional de Poesía en 2016).