En palabras de Paula Gatica Cote, Tirso Priscilo Vallecillos encarna la figura del creador total. Aquí, el adjetivo no se reduce a los esfuerzos de un escritor afanado en pergeñar la Obra-Universo, sino que su producción ha de verse en un sentido mucho más contemporáneo e interesante: la maestría en múltiples géneros y lenguajes: Subway (2015) poesía, Libro de cocina tradicional caníbal (2016) narrativa breve y, finalmente, este Homo Pokémons que el lector tiene en sus manos, su primera incursión en el aforismo. No hay un único Tirso Priscilo, sino varios perfiles y voces que exploran el mundo sensible desde una percepción, a la vez, autónoma y colectiva. El poeta, el cuentista, el hacedor de aforismos responden a unas inquietudes similares, aunque cada aproximación favorece un tipo de mirada. No obstante, la pluralidad discursiva no excluye el hecho de que su cosmovisión se fundamenta en un sano antropocentrismo. El principio de conocimiento comienza y acaba en el ser humano entendido como subjetividad eminentemente carnal, aunque abierta a una trascendencia mundana, es decir, filtrada por sus deseos, esperanzas, miedos y, por supuesto, apetitos.