Profusamente ilustrado con fotos a todo color, El verano en que cambió Barcelona conmemora los veinticinco años de los Juegos Olímpicos que se celebraron en Barcelona entre el 25 de julio y el 9 de agosto de 1992. Un éxito rotundo de participación y organización en el que no se produjo el boicot de ningún país. Tras su conclusión se celebraron los Juegos Paralímpicos entre los días 3 y 14 de septiembre. Los Juegos Olímpicos de Barcelona marcaron un antes y un después en la ciudad y en la historia del olimpismo. Lo dijo el presidente Samaranch tras la ceremonia de clausura y lo corroboró todo el mundo. Sin duda, fueron los mejores juegos que nunca antes se habían celebrado desde que en 1986, en Atenas, se disputaran los primeros Juegos Olímpicos con una participación de 245 atletas. Desde entonces, Barcelona ha sido un referente en la organización de eventos pero también un modelo de ciudad moderna, abierta y cosmopolita. Este libro pretende recordar algunas imágenes de aquellos maravillosos quince días que los barceloneses vivieron con una ilusión infinita y los visitantes disfrutaron como una experiencia única. Para muchos no es nada, pero para todos aquellos que todavía no habían nacido tendrán en sus manos un maravilloso recuerdo histórico del trabajo bien hecho: los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.
Profusamente ilustrado con fotos a todo color, El verano en que cambió Barcelona conmemora los veinticinco años de los Juegos Olímpicos que se celebraron en Barcelona entre el 25 de julio y el 9 de agosto de 1992. Un éxito rotundo de participación y organización en el que no se produjo el boicot de ningún país. Tras su conclusión se celebraron los Juegos Paralímpicos entre los días 3 y 14 de septiembre. Los Juegos Olímpicos de Barcelona marcaron un antes y un después en la ciudad y en la historia del olimpismo. Lo dijo el presidente Samaranch tras la ceremonia de clausura y lo corroboró todo el mundo. Sin duda, fueron los mejores juegos que nunca antes se habían celebrado desde que en 1986, en Atenas, se disputaran los primeros Juegos Olímpicos con una participación de 245 atletas. Desde entonces, Barcelona ha sido un referente en la organización de eventos pero también un modelo de ciudad moderna, abierta y cosmopolita. Este libro pretende recordar algunas imágenes de aquellos maravillosos quince días que los barceloneses vivieron con una ilusión infinita y los visitantes disfrutaron como una experiencia única. Para muchos no es nada, pero para todos aquellos que todavía no habían nacido tendrán en sus manos un maravilloso recuerdo histórico del trabajo bien hecho: los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992.