Los deberes deontológicos que encierra el ejercicio de la abogacía, su carácter de profesión liberal y el trascendental servicio a favor de la justicia que desempeña la cualifican y distinguen respecto de otras profesiones. Esta singularidad determina que la relación del abogado con su cliente presente una regulación jurídica propia, cuya naturaleza encuentra acomodo en sede de Derecho civil, aunque con una mercantilidad cada vez más acuciante. El elemento central de esta relación gira en torno al contrato de servicios que entre cliente y abogado se concierta, y que de formalizarse por escrito, como así se aconseja, adquiere habitualmente modelo de hoja de encargo. El contenido normativo de este especial sistema de contratación, orquestado por los códigos de deontología y las normas legales estatutarias que articulan la profesión letrada, da cuenta del marcado carácter fiduciario inherente a la relación abogado-cliente, principalmente en materia de diligencia debida, secreto profesional, conflictos de interés, deberes de información y honorarios. La obra incluye, como anexos, formularios y modelos útiles para la actividad diaria del abogado, casos prácticos, así como un amplio cuestionario de 120 preguntas en el que se desgrana el contenido del Código Deontológico y cuya resolución garantiza al que lo desarrolle el conocimiento de la normativa en el mismo incluida.