Si Jim Dodge es hoy un autor de culto fundamentalmente reconocido por sus novelas, su primera pasión fue la poesía. Tras muchos años publicando anónimamente y leyendo en recitales a lo largo de la costa del Pacífico, decidió dar salida a este material en plaquettes y pequeñas ediciones de reducida distribución. Lluvia sobre el río reúne casi como un regalo para los amigos toda esa poesía y prosa breve los únicos textos del autor que no se habían traducido hasta ahora al castellano atravesada por la misma musicalidad y potencia imaginativa que su mejor prosa narrativa.