Para ser considerados cruzados, los cristianos debían realizar una promesa en una ceremonia religiosa y colocarse una cruz de tela en la vestimenta. Por esto se llamaron así y las expediciones religioso-militares que realizaron a Oriente son conocidas hoy como las "Cruzadas". Su principal objetivo fue conquistar la ciudad considerada sagrada por cristianos, musulmanes y judíos: Jerusalén.