Dejó a su paso más de 30.000 víctimas de acuerdo con las cifras dadas por la Comisión de la Verdad y la Reconciliación, como es el caso de Sendero Luminoso. En palabras de Fernando Harto de Vera, en el prólogo, “las imágenes que permanecen en el imaginario colectivo de la actividad de Sendero tienen un tinte de delirio surrealista: perros colgados en las farolas de Lima para denunciar la traición de los dirigentes chinos al legado de Mao, Abimael Guzmán entre rejas vestido con un uniforme de rayas que no existía en las prisiones peruanas…, hasta la pareja que acabó con la pesadilla senderista, Fujimori y Montesinos, serían dos personajes más propios de una novela que de la realidad”.