Al final del recorrido por el camino cristiano, deseo que el lector deduzca que «ser espirituales de veras» no es un proyecto del querer humano, sino que es Dios quien elige, llama y santifica con sus dones. En cuando al título del libro, responde a una pregunta de santa Teresa de Jesús al final de las Moradas, experiencia en la cumbre más elevada de la espiritualidad cristiana y de la mística: «¿Sabéis que es cristianos de veras?» (Moradas, VII, cap. 4, n. 8). Y la respuesta es tremenda y que asusta a los débiles que somos la mayoría y no tenemos el soporte de los dones del Espíritu Santo. Poco apta para la espiritualidad light, la mentalidad líquida y la descristianización de nuestra sociedad. Según ella, es «hacerse esclavos de Dios a quien, señalados con su hierro que es el de la cruz, porque ya ellos le han dado su libertad, los pueda vender por esclavos de todo el mundo, como Él lo fue [...]. Y si a esto no se determinan, no hayan miedo que aprovechen mucho». También desea el autor que este «Manual» sea leído no solo por los de la Iglesia-familia, por los miembros de sus instituciones, por los creyentes en Dios y en Cristo; sino también por los de fuera, los de la periferia que se han alejado de Dios, de los sacramentos, de la Iglesia, de sus dogmas y creencias, de su moral. Y también por los ateos y los agnósticos. Que todos, en el encuentro con las grandes verdades del cristianismo, se animen a conocer más este campo inmenso de humanismo, de racionalidad y de perfección humana.