Tras la Segunda Guerra Mundial los derechos humanos se convirtieron en el fundamento del Derecho en general y del derecho público en particular, cuando tanto las declaraciones internacionales como las constituciones nacionales establecieron los derechos humanos como base de los sistemas jurídicos. El Preámbulo de la Carta de las Naciones Unidas, firmada el 26 de junio de 1945 en San Francisco, reafirmó "la fe en los derechos fundamentales del hombre, en la dignidad y el valor de la persona humana, en la igualdad de derechos de hombres y mujeres". Tres años más tarde, el Preámbulo de la Declaración Universal de Derechos Humanos señaló que "la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos equitativos e inalienables de todos los miembros de la familia humana". Al año siguiente la Ley Fundamental de Bonn (1949) optó por recoger de un modo expreso la misma idea.