A lo largo de la segunda mitad del siglo XX dos de los principales actores de la política vasca, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), fundado en 1895 y la organización terrorista ETA, creada en 1959, han mantenido unas complicadas relaciones marcadas por innumerables encuentros y desencuentros. En 1998, y después de varios intentos frustrados, alcanzan un acuerdo por el que ETA trata de imponer, a cambio del fin de la violencia, su propio modelo de Estado para los vascos. En esta obra la autora nos explica, a través de las entrevistas y conversaciones personales que ha mantenido con algunos de los principales protagonistas, el por qué de estas complejas relaciones para detenerse en el día a día de lo que se vivió, dentro de la política interna vasca y española, en los meses previos a la tregua de 1998, durante y postregua. Un periodo inédito porque por primera vez en la historia ETA declara un alto el fuego, presentado como unilateral e indefinido, en un intento de retrasar su derrota política. En un momento en el que la actuación policial está llevando a ETA a agotar su ciclo vital, esta investigación nos desvela cuáles han sido los factores que forzaron a ETA a decretar una tregua unilateral e indefinida, catorce meses después a romperla, y qué circunstancias condujeron al nacionalismo democrático vasco a firmar con ETA-HB el Pacto de Estella.