El escritor norteamericano Richard Ford, responsable de la selección de estos Cuentos imprescindibles de Chéjov -entre los que se encuentran piezas maestras como La dama del perrito, El pabellón número 6 o La grosella-, resume así en el prólogo la fascinación que el maestro indiscutible del relato breve sigue ejerciendo en los lectores: "La razón por la que nos gusta tanto Chéjov, ahora al final de nuestro siglo, es que sus relatos del fin de siglo anterior nos parecen muy modernos, se ajustan mucho a nuestro tiempo y a nuestra mentalidad. Sus meticulosas anatomías de los complejos impulsos y reacciones humanos, su concepción de lo que es gracioso y patético, su lúcida atención a la vida tal como es vivida... todo ello se corresponde de algún modo con nuestra experiencia. Tenemos la sensación de que sus relatos podrían escribirse hoy en día, publicarse en The New Yorker, y leerse con placer y avidez por su perspicacia, sin modificaciones ni notas a pie de página para explicar la época o la procedencia extranjera."