Mateo, a sus siete años, tiene hoy una gran responsabilidad. Debe acudir a la oficina de su padre a sustituirle, porque este se ha puesto enfermo. Allí descubrirá el complicado mundo de los correos electrónicos y las reuniones de negocios. Menos mal que siempre hay un compañero que te ayuda a atarte los cordones de los zapatos.