De lo que fue un genio ha nacido un mito. Desde una serie en Discovery Channel hasta un coche eléctrico que la humanidad ha enviado a Marte. Y es que tesla también creyó en la comunicación con los extraterrestres. Sin apenas literatura, casi desde la entomología, se propone aquí un viaje cuajado de aventuras hasta el hipocentro de su personalidad, sin elusiones. Desde la muerte de su hermano y la guerra de las corrientes a la energía universal y gratuita para acabar con el hambre en el mundo. Tesla se inspiró en Leonardo da Vinci desde que era niño y soñaba con volar. Fue un seductor consumado, un dandy que ignoró incluso el guante que le dejó caer Sarah Bernhardt. Hoy el nombre de Edison es insignificante al lado de quien le perdonó doce millones de dólares a Westinghouse y acabó arruinado y dándoles de comer a las palomas de Central Park. Desde el sillón Voltaire no cabe viaje más apasionante. Tesla inventó tantas cosas que no le dio tiempo a registrar las patentes, de ahí que le robaran desde la radio (Marconi) hasta los rayos X (Röntgen). Lo más difícil ha sido no dejarse deslumbrar por la chispas. También pronunció cientos de conferencias multitudinarias, tantas como Houdini, así que como este dijera, pasen y vean, aquí sigue vivo Nikola Tesla. Luis Martínez de Mingo (Logroño, 1948) es Catedrático de Lengua y Literatura y como tal ha ejercido durante varios años. Doctor por la Universidad Central de Barcelona con una tesis sobre Cernuda y el romanticismo. Ha publicado libros de poesía, Cauces del engaño, Anacrónica y Fidel y Ni sombra de lo que fui; relatos, Cuentos portátiles de la penúltima autonomía, Cuatro cuentos criminales, Bestiario del corazón, y El Estado contra natura; cinco novelas, El perro de Dostoievski, Morir de hambre, Pintar al monstruo, La reina de los sables y Asesinos de instituto; ensayo, Miedo y Literatura; una biografía, José Luis Borau; y tres antologías, Cuentos de ciclismo, Poemas memorables (1939-1999), y La casa ciega-8, todas como co-autor. Sus libros han sido reseñados en todos los medios de comunicación. Ha colaborado en El País, El Mundo, Quimera, Ínsula, Diario-16, aquí con columna fija, Clarín, República de las Letras, etc. También en Calle Mayor y El Péndulo como integrante del consejo de redacción durante varios años. En esta editorial ha publicado el dietario Pienso para perros, con magníficas críticas. Ha ganado concursos de relatos y de novela corta; en 2001 fue finalista del Nadal con El perro de Dostoievski, y ha dado numerosas conferencias dentro y fuera de España.