No queremos que nadie nos compadezca, porque lo asociamos a la pena, a la lástima. Esta es una visión de la compasión muy extendida, pero errónea. La compasión es lo que hay en los ojos de una madre que acuna a su bebé cuando tiene fiebre: se conmueve con su dolor pero sobre todo hace lo posible por sanarlo. Va más allá de la empatía, porque impulsa a la acción. Y es que la compasión no es otra cosa que el deseo de que todos los seres vivos, incluyéndonos a nosotros mismos, se encuentren libres de sufrimiento. Este libro es una guía sencilla y práctica que te orientará en la ruta que se adentra en el corazón del mindfulness: la compasión. Te ayudará a comprenderla, a sentirla y a desarrollarla en la práctica de la meditación. Y descubrirás que ayudar y aliviar el dolor de otro (o de uno mismo) hará que sientas alegría y paz interior. La compasión y la autocompasión son habilidades que pueden ser entrenadas, fortalezas que nos permiten transformar para bien el sufrimiento emocional, que producen cambios cerebrales que contribuyen a mejorar las relaciones interpersonales, a aumentar nuestra sabiduría, nuestra salud y nuestra felicidad.