El autor de este libro ha querido realizar el trabajo de reportero que le faltó al París de la Revolución. Intentó penetrar en los clubs, en la Asamblea, en los calabozos, en casa de los hombres de viso, y allí espigar todo cuanto la historia ha desdeñado. Para G. Lenotre la historia de la Revolución había estado incompleta, porque nadie trazó su topografía. Los curiosos han de ignorar dónde se encontraban los Jacobinos, los Fuldenses, la Force, la Bourbe (la Inclusa), el Picadero, el Tribunal Revolucionario. Incluso los eruditos tendrían muy difícil explicar lo que eran en 1793 las Tullerías, la Abadía, la Conserjería, el Ayuntamiento, ya que París ha cambiado mucho. Todo esto se cuenta aquí con una narración ágil y muchas imágenes que adornan las historias y las ilustran a la perfección.