"Manolo describe nuestra juventud periodística [en El Mundo] y la suya de forma sencilla, natural, discreta, humilde, sobria y hasta inocente. Con un estilo directo, suave, sin estridencias y sin rencor. Solo por eso esta pequeña historia de un periodista resulta extraordinaria. El periodismo es una profesión adictiva y muc hos de los que la ejercen querrían ser literatos, políticos, asesores áulicos de los poderosos o héroes justicieros. Por eso resulta sensacional que un periodista solo quiera ser periodista. Es decir, contar las cosas que ve tal y como las ve. Así es como el autor del libro ha relatado la pequeña historia de El Mundo, un periódico que por fuera puede parecer lo que no es. El Mundo por dentro es lo que Manolo cuenta en este libro como periodista. Ni más ni menos. Sin morbo, sin rencor, sin hablar mal de nadie -suceso extraordinario-, sin pasar facturas a nadie, con amabilidad, hasta con alegría. Manolo la escrito un relato limpio con sus propias emociones profesionales como protagonistas. Sus alegrías por las exclusivas, sus temores de meter la pata, sus conflictos con las fuentes de información, sus inseguridades cuando se pone delante del ordenador, sus relaciones con los jefes, sus momentos de tensión, sus éxitos y sus fracasos." Lucía Méndez en el prólogo de Las noticias están en los bares