Como ejemplo de fantasma que hiela la sangre, Humphrey el Horrible es un fracaso. ¡De horrible no tiene nada! Ni piel cadavérica, ni quejidos siniestros; ni mucho menos los vapores pestilentes que emana el resto de su familia. De hecho, Humphrey es un fantasma de lo más agradable, rosado y algodonoso como una nube. Ya le gustaría ser tan espeluznante como su padre, el aterrador Falda Planeadora, pero lo cierto es que el pobre Humphrey no asusta a nadie… Sin embargo, el día que los fantasmas son expulsados de los tenebrosos castillos donde habitan, transformados en simpáticos hoteles, el pequeño e inofensivo Humphrey tiene la ocasión de convertirse en héroe. Con la ayuda de Rick, un joven y solidario estudiante, será protagonista de un ingenioso plan para salvar a todos los fantasmas de Gran Bretaña.