“... Entiendo así la primera tarea del educador: dar a los alumnos razones para vivir... Todo lo demás son complementos.” Así entiende la educación Rubem Alves, que en este libro reivindica el derecho de los niños y niñas a vivir una escolaridad plena y placentera en la que los maestros han de enseñar con alegría y ser conscientes de que “enseñar es un ejercicio de moralidad”.