Articulada en torno a una experiencia de prácticas en Centroamérica, en comunidades de Guatemala, la obra reflexiona sobre la Formación Inicial analizando el valor pedagógico de la cooperación educativa en los planes de estudio. En un primer momento se expone el lugar que debe ocupar la cooperación y la educación para la solidaridad en la formación docente, entendiendo que éste debe ser un proceso donde la acción deviene formativa. En los siguientes capítulos se ahonda en la necesidad de aprendizaje de la cooperación en un mundo globalizado, dado que en sí misma la cooperación educativa puede ser una experiencia de valor transformadora. Se explicitan también los diferentes momentos de esta experiencia en prácticas, momentos de compromiso y responsabilidad ética, evidenciando todo lo que se aprende a través de las lecturas, las vivencias, el diario y la memoria en prácticas. Con todo ello la obra se adentra en las relaciones educativas y los procesos de enseñanza-aprendizaje para profundizar en nuevos elementos que permitan pensar la formación inicial del profesorado y de otras profesiones educativas. Una formación más vinculada con las realidades, y no sólo centrada en la adquisición de conocimientos y competencias, sino también de actitudes y valores. Un proyecto formativo, en definitiva, cuya utopía es la educación alternativa.