El concepto de «ciudad ideal» ha ejercido una constante y poderosa influencia sobre el pensamiento urbanístico del mundo occidental. El deseo de conseguir el entorno físico perfecto para las necesidades del ser humano (una ordenación del espacio exterior que permita una forma de vida plenamente satisfactoria) ha movido a los urbanistas y arquitectos de todas las épocas a concebir una serie incesante de modelos teóricos planeados para lograr tal propósito. La obra estudia estos modelos en los momentos más fértiles de su evolución histórica: las fuentes bíblicas, los imperios helenístico y romano, el Renacimiento, las utopías sociales de la Ilustración y el siglo XIX, en el que se resume toda la tradición anterior.