Francesc Jarque acostumbra a un trato cotidiano con los elementos de la naturaleza, y los convierte en manifiestos. Sus fotografías aspiran a devenir una huella, una sucesión de iconos de gran valor metafórico. El objetivo: que la piedra sea piedra, que hable por sí misma; que cada árbol, cada hoja, cada senda, cada perfil de la naturaleza no nos llame a falsos engaños y se manifieste como es: una huella cada vez más debilitada frente a la mano del hombre. El catálogo recoge todas las obras de esta exposición, que se presentó en el Jardín Botánico, con el objetivo de convertirse en una escenografía total, un submundo efímero, envolvente, donde cada espectador entraba dentro de un cosmos naturalista. Jarque propone con este proyecto un enorme mosaico de sensaciones, e intenta que cada tesela provoque en nosotros un laspus reflexivo sobre el enorme déficit moral con el que abordamos nuestro paisaje más inmediato.