Siempre reviste emoción el encuentro con la poesía. Pero si se trata del descubrimiento de una voz poética que ha permanecido, como dijera Fray Luis, en un rincón secreto y «lejos del mundanal ruido», se redoblan los latidos del corazón a la espera de que prendan los fogonazos del entendimiento. Los poemas de Rafael Valero Oltra, escritos fundamentalmente para sí mismo y como cauce de exploración de sus sentimientos, están sellados por el dolor del tiempo ido y por la desgarradora ausencia de su esposa. Al amparo del quehacer cotidiano, que es abrigo y refugio ante el gran revés de la vida, surge una poesía de tono intimista, que refleja los estados del alma del poeta. La antología poética de Rafael Valero Oltra (Valencia, 1944 ? Madrid, 2009) traza una amplia retrospectiva de su producción, que abarca desde los iniciales poemas de juventud hasta la segunda etapa de fecundidad creativa a partir del fallecimiento de su mujer Elisa. Estamos ante una poesía intimista, ligada a la escritura del yo enamorado, y catalizadora de la memoria, en la que con profundo lirismo se aúnan el sentimiento de la Naturaleza, la mirada gozosa y amorosa sobre el mundo y la expresión poética de los estados interiores del alma humana.