El planteamiento de este libro parte de la idea de que consciencia e interioridad son dos conceptos estrechamente interrelacionados, pues con nuestra consciencia nos damos cuenta de lo que sucede en nuestro interior. El autoconocimiento es clave en el desarrollo de una vida espiritual madura. Por lo que el cultivar la consciencia es un trabajo como de ir puliendo una lente hasta que se va graduando para así ir desarrollando una capacidad de observación adecuada de nosotros mismos, de nuestra propia interioridad.