Howard P. Lovecraft, August Derleth y, ahora, Brian Lumley, entre otros, han creado, fomentado y desarrollado los Mitos de Cthulhu hasta adquirir su actual y amplia popularidad. Los Antiguos existieron antes de la especie humana. Conquistaron mundos, libraron batallas increíbles y dominaron la magia y la ciencia. Pero eran malignos. Y desde aquella época, sin poder ser eliminados, se han visto confinados en lugares ignotos: Cthulhu en la hundida R'lyeh; Hastur en el lago de Hali, en Carcosa, etc. Pero ¿qué sucede con Shudde-M'ell..., prisionero de los laberintos perdidos de la propia Tierra? ¿Cuáles son los límites, si es que existen, de los poderes de Los Antiguos y sus esbirros menores? ¿Quiénes eran los Dioses Mayores que los aprisionaron y cuál su fuente de poder? ¿Podrá la humanidad hacer algo para salvarse de estos horrores? H. P Lovecraft creía que no..., que sólo el capricho del destino podría salvarla. Los seres de El que susurra en la oscuridad son nada más y nada menos que extraterrestres que desean conocer algo de lo humano, y no dioses cercanos a lo satánico. Lovecraft había dejado que sus personajes huyeran frente a lo extraño, haciéndoles rechazar el saber oculto.