Thibaut (1772-1840) es uno de los grandes educadores de Europa. En el ámbito del derecho difundió los valores de la libertad, la igualdad y la dignidad humana, y propugnó un modo nuevo de hacer leyes: claras, precisas, comprensibles, ordenadas. En el ámbito de la música recuperó la polifonía de los grandes maestros renacentistas en un momento en que el Romanticismo parecía olvidar la tradición. Mendelssohn, Schumann y otros muchos compositores del siglo XIX no son explicables sin Thibaut. A él se debe también la orientación de la música sacra en los siglos XIX y XX. Fue, por convicción y por temperamento, un hombre de su época, el Romanticismo, pero no olvidó —e hizo que sus contemporáneos no olvidaran— las raíces clásicas de la cultura de su tiempo.