Cincuenta haikus a los que acompañan una veintena de ilustraciones a la tinta, esbozos a vuelapluma, continuación de la poesía por otros medios… Hallar la paz: sentarse en la raíz, cerrar los ojos. . . . La resonancia de una piedra lanzada al agua muda. . . . Notar que aquí nada sobra ni falta. Cuadro acabado.