El estudio de una ciencia, arte o profesión requiere el conocimiento de su léxico especializado, ya que el conocimiento de ese lenguaje científico favorece el intercambio de conocimientos y facilita la exposición de los hechos y las ideas que constituyen el fundamento de su técnica. El valor del léxico de cada disciplina reside en que los vocablos se apliquen con la máxima propiedad, lo que obliga a que todos los cultivadores de una determinada disciplina científica atribuyan a cada término idéntico significado y a no utilizarlos de forma anárquica o confusa, lo que anularía su real eficacia. En otras palabras, lo anterior significa que el lenguaje técnico debe ser un idioma que puedan comprender todos los que investigan, estudian o practican la correspondiente ciencia, arte o profesión.