¿Por qué importa la verdad si los políticos la ignoran con tanta facilidad y los intelectuales la consideran irrelevante? ¿Por qué interesarse por una idea abstracta como la verdad cuando algo que no es cierto (por ejemplo, un informe que advierte que Irak está intentando comprar materiales para la fabricación de armas nucleares) consigue el resultado deseado (la invasión de Irak)? En este atractivo y apasionado libro, Michael Lynch sostiene que la verdad sí importa, tanto en nuestra vida personal como política. Lynch explica que el creciente cinismo acerca de la verdad parte en buena medida de nuestra confusión sobre lo que es la verdad. «Necesitamos superar nuestra confusión y despojarnos de nuestro cinismo acerca del valor de la verdad», escribe. «De lo contrario, seremos incapaces de obrar con integridad, de vivir con autenticidad... ». La importancia de la verdad defiende cuatro tesis muy sencillas: que la verdad es objetiva, que es bueno creer lo verdadero, que vale la pena investigar la verdad y que puede merecer la pena preocuparse por la verdad en sí misma, y no sólo porque nos proporcione otras cosas que queremos conseguir. En defensa de estos «truismos sobre la verdad», Lynch diagnostica las fuentes de nuestro cinismo y aduce que muchas teorías contemporáneas sobre la verdad no pueden dar cuenta de este valor de manera adecuada. Explica por qué deberíamos interesarnos por la verdad, alegando que la verdad y su búsqueda forman parte de una vida feliz y son importantes en nuestras relaciones personales y para nuestros valores políticos.