Una antigua tradición de las letras españolas concede voz a quienes sólo con extrema improbabilidad podrían llegar a tenerla. Estas memorias pretenden identificar el punto de partida de un siglo terrible y las formas de vida de los españoles humildes que conocieron el trauma de 1936, no solo autorizaron esa voz, o la conceden, sino que se entretejen desde esa misma voz propia, más allá y más acá de toda ficción literaria.