Esta breve Disertación sobre la libre multitud de abogados (1783), que ahora se reedita con documentado estudio preliminar de Jesús Mella y Servando F. Méndez, es pieza tan ignorada como su autor: Juan Pérez-Villamil y Paredes (Puerto de Vega, 1754 - Madrid, 1824). Figura señera de la ilustración asturiana y española que ha quedado atrapada en las estanterías de los archivos y de las viejas bibliotecas, porque la historiografía liberal del siglo XIX la ha estigmatizado a causa de su evolución ideológica y su controvertida actuación política durante el absolutismo fernandino. Pérez-Villamil examina rigurosamente, en su discurso, las causas de una de las arraigadas enfermedades políticas que el reformismo gradualista de la época de Carlos III intentó atajar: el excesivo número de abogados y juristas, que se insertaba perfectamente en el amplio debate sobre la necesaria transformación de los estudios universitarios y de la administración pública. Tras la denuncia del decadente estado de la abogacía propone un plan argumentado de remedios con el propósito explícito de informar una previsible futura ley al respecto. Naturalmente, el asunto principal de la Disertación –la reducción del número de abogados– ha tenido una proyección en el tiempo, y algunos razonamientos trazados por Villamil son fácilmente adaptables a las circunstancias actuales españolas, participando de un debate que todavía no se ha cerrado, a pesar de los años transcurridos.